Este jueves 8 de septiembre se confirmó la muerte de la reina Isabel II a sus 96 años, en el palacio de Balmoral, su residencia oficial ubicada en Escocia.
Mediante un comunicado, los médicos de la reina indicaron que, «tras una nueva evaluación esta mañana, los médicos de la reina están preocupados por la salud de su majestad
y han recomendado que permanezca bajo vigilancia médica»
Sin embargo, los rumores de que la reina se encontraba en sus últimas horas de vida se intensificaron, luego que toda la familia real, asentada en Londres, viajara de emergencia hasta Balmoral, periplo de 800 kilómetros.
Finalmente, tras 70 años de reinado ininterrumpido, la reina Isabel II falleció rodeada de sus familiares más cercanos, incluyendo al príncipe Harry, decretándose así el luto nacional en Inglaterra.
Tristeza generalizada en Reino Unido
En los últimos años, Isabel II tuvo que capear la pandemia —contrayendo un covid que la dejó muy cansada—, la devastadora muerte de su marido Felipe —fallecido en abril de 2021 con casi 100 años— y las diversas crisis de la familia real.
Entre la serie de polémicas está el «Megxit», el exilio de Enrique y Meghan a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser poco solidaria y racista, cuestiones que la soberana prometió tratar «en privado».
También el escándalo protagonizado por Andrés,considerado su hijo favorito, que tuvo que abandonar la vida pública debido a su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotar sexualmente a menores.
En junio, el Reino Unido celebró por todo lo alto el Jubileo de Platino, el 70º aniversario de su llegada al trono de Isabel II, quien cada vez delega más funciones oficiales en el príncipe Carlos.
El martes la monarca había recibido en Balmoral al primer ministro dimisionario Boris Johnson y a su sucesora a la cabeza del Partido Conservador, Liz Truss, a la que encargó formar gobierno como nueva líder de la mayoría parlamentaria.
Una imagen del acto difundida por el Palacio de Buckingham, en que se veía a la monarca dando la mano a Truss, provocó inquietud porque la mano de la reina aparecía inusualmente amoratada.
Por primera vez en su largo mandato Isabel II había decidido quedarse en Balmoral en lugar de regresar a Londres, donde suele tener lugar la transición, debido a sus problemas de salud.
El miércoles por la noche, la casa real había anunciado que la monarca decidió posponer un acto en línea después de que sus médicos le aconsejaran descansar.
Isabel II estuvo prácticamente ausente de las celebraciones de su jubileo de platino, en que apareció solo dos veces brevemente en el balcón del Palacio de Buckingham para saludar a las decenas de miles de personas allí reunidas.
Sin embargo, unas semanas después participó en varios actos públicos en Escocia, apareciendo sonriente y con un bastón en un desfile de las fuerzas armadas en Edimburgo a finales de junio.