El ultraderechista Javier Milei y el ministro de Economía, el peronista Sergio Massa, votaron este domingo en unas reñidas presidenciales que tienen lugar en medio de una grave crisis económica que mantiene a los argentinos «entre el terror y el suspenso».
Milei votó después de mediodía en Buenos Aires, en medio de un operativo de seguridad por la multitud que lo esperaba y que cantaba «la casta tiene miedo», himno del libertario contra la clase política. «Esperemos que los números sean tan claros como para que hoy a la noche tengamos un presidente electo», dijo el candidato.
Los sondeos prevén un empate técnico de los dos candidatos, con un sector importante que votará sin convicción o directamente en blanco. Milei dijo además estar «muy tranquilo» a pesar de «la campaña del miedo» realizada desde el bando de su adversario. De su lado, Massa acudió a votar poco antes en la localidad de Tigre, su bastión al norte de Buenos Aires, donde se tomó fotos con simpatizantes bajo un sol intenso. «Esperemos el resultado con tranquilidad, con esperanza y sobre todo con optimismo de que el futuro de la Argentina nos encuentre mejor y más unidos», dijo tras emitir su voto, al contar que iría a comer «un asadito» en la tarde.
También llamó a tener «templanza» en momentos «como este, que son tan bisagra para el país». Con una inflación anualizada de 143% y una pobreza que golpea a 40% de la población, Argentina atraviesa su peor coyuntura económica de las últimas dos décadas y los ánimos de los electores estuvieron crispados durante la campaña. «Puede ser una película de terror o de suspenso», dijo Marcela Gambra, de 67 años, al emitir su voto. La campaña electoral se ha desarrollado entre los sentimientos de rabia hacia la política tradicional que representa Massa y de miedo ante las propuestas disruptivas de Milei. Massa, centrista, consiguió el 37% de los votos en la primera vuelta, celebrada el 22 de octubre, y Milei, el 30%. Tercera, con el 24%, quedó la conservadora Patricia Bullrich, de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio, ya fuera de competencia y quien junto al exmandatario liberal Mauricio Macri (2015-2019) decidió apoyar al libertario. Los centros de votación abrieron a las 8 horas locales para una jornada que se extenderá hasta las 18 horas locales. Hay 35,8 millones de inscritos en el padrón electoral.
«Pase lo que pase, no vemos un buen futuro. Estamos esperando los golpes. No ocurre como en otras elecciones que votaba con convicción, ahora voto sin convicción», dijo a la AFP Mariano Delfino, un elector de 36 años en la periferia de Buenos Aires. Las elecciones en Argentina son de asistencia obligatoria, pero en la primera vuelta la participación fue de 77%. Para reflotar la tercera economía latinoamericana, Massa (51 años) y Milei (53) ofrecen salidas antagónicas a una sociedad que oscila entre la polarización y el desencanto. Mientras Milei propone medidas drásticas como la eliminación del Banco Central y la dolarización para terminar con la emisión monetaria y la inflación, Massa defiende un Estado «fuerte y protector» y proyecta un esquema gradualista para enderezar las cuentas. «Las medidas de Milei serían todas rápidas y simultáneas. Con Massa sería un proceso paulatino», explicó a la AFP el economista Víctor Beker, de la Universidad de Belgrano. «Lo que a Milei le tomaría dos meses, a Massa le tomaría cuatro años: llegar al final del mandato con el tipo de cambio liberado y equilibrio en las cuentas», añadió. Argentina tiene desde 2018 un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional por 44.000 millones de dólares, negociado por el entonces presidente Macri, y desde 2019 un sistema de control de cambios.
Massa ha dicho que si gana planteará la revisión de ese préstamo, que ya fue renegociado en 2022 con un compromiso para reducir el déficit fiscal hasta 0,9% del PIB en 2024. Pero para Milei, que se propone recortar 15% el gasto público, las metas del FMI son demasiado poco. Sin embargo, «recortar el gasto social es complicado, porque impacta sobre la pobreza», advirtió la economista María Laura Alzua, de la Universidad de La Plata, quien estima que los subsidios a los servicios de electricidad, gas y transporte representan 2% del PIB. «Voté para el que haga menos daño al país, que está en una situación muy complicada», dijo al salir de votar Laura Coleman, una enfermera de 25 años. Las elecciones están marcadas por profundas divisiones políticas y un clima enrarecido por denuncias del partido de Milei, La Libertad Avanza, sobre un supuesto intento de fraude, finalmente negado por sus dirigentes. «Estamos ante una de las campañas más agresivas que he presenciado, y la sociedad se ha polarizado todavía más», dijo a la AFP la consultora política Paola Zubán.