Decenas de legisladores de más de 70 países subscribieron este viernes en Chile el primer Pacto Parlamentario Mundial Contra el Hambre y la Malnutrición, con el que se comprometen a impulsar acciones en sus Estados para luchar contra el hambre y la malnutrición.
El tratado se rubricó en el marco de la segunda Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición, impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), entre otros.
“De Chile salimos más fuertes y con mayor convicción para hacer de los sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, y para que ninguna persona quede atrás”, expresó el subdirector general y representante regional de la FAO, Mario Lubetkin, en la clausura de la cumbre.
En la sede del Congreso Nacional, los parlamentarios congregados aprobaron a mano alzada y por unanimidad el acuerdo global, con el mensaje de seguir trabajando en los próximos años la cooperación entre países para erradicar la lacra del hambre y la malnutrición.
“El compromiso que sale de los debates de esta cumbre es que todas las personas tengan acceso a alimentos nutritivos, independientemente de su nivel económico, lugar geográfico o color político”, defendió Lubetkin.
De la primera cumbre, que se celebró en la capital española en 2018, salió una declaración conjunta de los asistentes para avanzar en la lucha contra el hambre y la malnutrición, pero esta vez la meta era escribir medidas concretas y evaluaciones periódicas de varios indicadores.
Según datos de la FAO, actualmente más de 828 millones de personas sufren hambre en el mundo, y cerca de 3.000 millones no tienen acceso a una alimentación adecuada en cantidad o calidad.
El director de comunicación de la Aecid, Eric-Sol Brines, también presente en el cierre de la cumbre, animó a los legisladores presentes a impulsar legislaciones en los parlamentos de sus respectivos países, mejorando leyes y “adaptándolas al contexto de cada lugar“.
“No nos cansaremos de repetirlo: hay suficiente comida en el mundo para alimentar a todas las personas. Aquí hay un problema político que requiere soluciones técnicas que ya existen“, reivindicó Brines.
La cumbre de Valparaíso contó con la participación de 200 parlamentarios, más de 1.000 asistentes presenciales y cerca de 3.000 personas que siguieron el evento de manera virtual desde distintos rincones del planeta.
Entre los temas que aborda el acuerdo global, destaca la necesidad de transformar los sistemas agroalimentarios, potenciando la agricultura local, combatir específicamente la brecha de género en el acceso a una adecuada nutrición, y seguir profundizando las redes internacionales de colaboración en la materia.
Según anunció Mario Lubetkin, Valparaíso no es el final de camino: en 2026, un país africano -sin concretar cuál- será el encargado de tomar el relevo y organizar la Tercera Cumbre Parlamentaria Mundial Contra el Hambre y la Malnutrición, donde se redefinirán los pasos a seguir paragarantizar en todo el planeta el derecho universal a la buena alimentación.