La práctica de ofrecer propinas ha dejado de ser exclusiva de restaurantes y bares para abarcar una variedad de servicios, como barberías, peluquerías y locales de comida rápida.
Este fenómeno ha suscitado inquietudes, especialmente en el contexto de pedidos a través de aplicaciones de delivery, donde los consumidores se han encontrado con solicitudes de propinas que oscilan entre el 5% y el 20% antes de haber recibido el servicio.
Ante esta situación, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) realizó esta semana una serie de fiscalizaciones en cuatro aplicaciones de entrega de comida, descubriendo diversas infracciones a la Ley del Consumidor. Esto llevó a la entidad estatal a interponer una denuncia contra tres de estas plataformas: Uber Eats, Rappi y Pedidos Ya. Andrés Herrera, director del Sernac, expresó que es «inaceptable» que se impongan cifras adicionales predefinidas a los consumidores.
Además, advirtió que este tipo de prácticas podría resultar en multas de hasta $19 millones por cada infracción. «Poniendo en el centro a los consumidores, ellos no pueden ser emplazados a pagar cifras adicionales predefinidas en un modelo de negocio en el que se calcula -además- este monto extra sobre la base del pedido, del costo del servicio, al mismo tiempo el costo del delivery, es decir, un monto de una propina que excede incluso el 10 o el 15 por ciento del monto total», precisó.
Como resultado de estas fiscalizaciones, Justo, una de las plataformas evaluadas, ha optado por modificar su modelo de negocios y ya no solicitará propinas predeterminadas. Hernán Calderón, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), respaldó la acción del Sernac y abogó por un cambio en la legislación que prohíba las propinas obligatorias.