Investigadores del Centro de Políticas Públicas de la Universidad San Sebastián elaboraron el informe “Costo social de la contaminación del aire” y que estima que la mortalidad asociada a la contaminación atmosférica en Chile está subestimada.
Según una estimación basada en estudios epidemiológicos y datos satelitales, el costo social de la contaminación en Chile asciende a, aproximadamente 5.000 millones de dólares anuales, lo que equivale al 1,6% del PIB del país, producto principalmente de la mortalidad prematura de alrededor de 4.800 personas.
Entre los principales resultados del informe, se detalla que los habitantes de la macro zona sur, esto es regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, son quienes están expuestos a los niveles más altos de contaminación, lo que se ve reflejado en la mayor tasa de mortalidad prematura asociada a la contaminación del aire (35,1 casos cada 100.000 habitantes). Esto a su vez, se traduce en que un habitante de la macrozona sur percibe una externalidad per cápita de US$ 360 al año, la cual es un 40% superior al promedio nacional.
Las comunas de esta macro zona sur, dada sus condiciones meteorológicas, se caracterizan por estar expuestas a altos niveles de contaminación producto de la calefacción a leña en épocas invernales. Estos resultados se contrastan con lo que ocurre en la macrozona norte, donde la externalidad per cápita es de 90 US$ al año, un 64% menos que el promedio nacional.
A través de la calibración de datos satelitales y la incorporación de estos a las mediciones disponibles a partir del monitoreo terrestre que realiza el Sistema de Información Nacional de Calidad del Aire (SINCA), se evidencia que alrededor de 160 comunas poseen una concentración anual promedio por sobre la normativa.
Las comunas más contaminadas por material particulado fino (MP2,5) corresponden a Osorno, Coyhaique y Puerto Varas. Estas tres comunas poseen una concentración promedio anual superior a 35 ug/m3 de material particulado fino, lo que excede significativamente la normativa nacional, y las directrices de OMS.