«En relación a los últimos sucesos que hemos vivido como comunidad, la Asociación Gremial Gastronómica y Turística de Osorno -AGGTO- se ve en la obligación de emitir la siguiente declaración pública:
Lamentamos profundamente el retroceso de nuestra comuna a Fase 1 – Cuarentena. Entendemos que el número de contagiados, de casos activos, y la ocupación de camas críticas son altos, pero echamos de menos medidas de la autoridad que ayuden a paliar las consecuencias de este 4° cierre. A pesar del éxito del proceso de vacunación, vemos ciertos aspectos de mal manejo de la pandemia, como por ejemplo el relajo de las medidas en Navidad y Año Nuevo, y luego de los permisos de vacaciones, consecuencia de los cuales, paga los platos rotos nuestra legítima actividad.
Derechamente, nos atrevemos a proponer a la autoridad medidas sanitarias para disminuir los contagios. Una de ellas consiste en iterar elementos de la Fase 1 para instaurarlos en la Fase 2. Por ejemplo, mantener los permisos temporales limitados en Fase 2, pero por 3 horas, para acudir especialmente a supermercados, grandes tiendas, y centros comerciales, ya que son de conocimiento público las gigantescas aglomeraciones de gente que generan. Con la restricción de permisos temporales, bajaría la movilidad en Fase 2 y, consecuentemente, el número de contagios, lo que permitiría avanzar a la Fase 3.
Por otra parte, vemos con gran preocupación el desinterés del Estado para con nuestro rubro, que ha sido generador de empleos y de importantes ingresos para las arcas fiscales; promovió la Ley de Protección del empleo transitoriamente, por seis meses, con la única obligación de que los empleadores mantengan el pago de las cotizaciones previsionales. No obstante, lo transitorio se ha tornado en permanente, y ya nadie puede sostener dicha obligación, máxime con los locales cerrados, siendo requisito imperativo el hecho de no tener este tipo de deuda para los escuálidos fondos concursables que ofrece el Ejecutivo. Por lo expuesto, fácil es concluir la necesidad urgente de una Ley Gastronómica y Turística que contenga un real auxilio del Estado para nuestra actividad, acompañada de un análisis serio y riguroso que justifique el cierre de nuestros comercios, toda vez que no existe evidencia de que nuestro quehacer incida mayormente en la curva de contagios.
Hacemos especial hincapié en que nuestras protestas siempre han sido pacíficas hasta ahora. Sin embargo, ya no podemos contener la desesperación de nuestras bases. Por lo tanto, no nos hacemos cargo de la forma en la que ellos puedan reaccionar frente a nuevas medidas centralistas que afecten a sus respectivos comercios.»