En horas de la noche del martes se detuvo a dos personas por el ataque a la enfermera de la Clínica Cordillera, 32 años, ocurrido durante la noche del domingo, tras terminar su turno laboral.
Los aprehendidos por la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) son la excompañera de trabajo que había amenazado a la víctima y su pareja.
La mujer se encontraba prófuga de la justicia. Según trascendió de forma preliminar, la detenido había presentado licencias médicas, las que justificaban sus inasistencias.
El atacante llegó en motocicleta, lo que habría sido una de las pruebas claves para la detención: las cámaras de seguridad pudieron captar la placa patente. Así, se constató que la misma motocicleta estaba a nombre de la mujer. A ello se suman también las amenazas previas que habría recibido.
De esta forma, la tesis del sicariato estaría descartada.
El delito por el que se les procesará será el de homicidio calificado en el grado de frustrado.
El ataque ocurrió en 26 de junio pasado, en av. Alejandro Fleming con calle Cañumanqui. Habrían al menos 11 puñaladas las que recibió la víctima.
Tras el ataque, la enfermera por sus propios medios se devolvió caminando a su lugar de trabajo, en donde fue atendida de emergencia.
Patricio Álvarez, padre de la víctima, en las horas posteriores al ataque entregó detalles del ambiente laboral en que su hija se desenvolvía y las señales que le hicieron sospechas de una agresión por encargo: “Una de las personas que trabajaba con ella le dijo que no se preocupara, que ella iba a cuidarle a sus hijos. Eso fue duro para nosotros, le pedí que hablara con su jefa e hicieran una denuncia, cosa que no hicieron”.
“¿Por qué la clínica no tomó cartas en el asunto cuando tenía todos los antecedentes para hacerlo? La clínica se lavó las manos”, cuestionó también el padre.