Se trata del anuncio que hiciera el presidente Sebastián Piñera, denominada, Pensión Garantizada Universal (PGU), cuya idea es mejorar las pensiones de los actuales y futuros pensionados, con un aporte estatal de $ 185 mil, equivalente a la línea de pobreza actual.
Este monto será para todos los adultos mayores que pertenezcan al 80% más pobre de la población mayor de 65 años. Pero, además, también recibirán un porcentaje de la PGU las personas que se encuentren entre el 81% y 90% más pobre, el que irá disminuyendo progresivamente.
De esta manera, todas las personas que tienen ingreso de aproximadamente menores a $ 620 mil van a tener un aporte directo del Estado de $185 mil, para todos los mayores de 65 años.
La iniciativa legal, que debiera ingresar al Congreso la próxima semana, está completamente financiada. Parte de ese financiamiento viene de la ley corta y ley larga de pensiones que no prosperaron en el Parlamento, y también de las exenciones tributarias.
El proyecto requerirá de unos US$ 3 millones anuales cuando esté en régimen, más de un punto del PIB, pero es muy distinto a los 25 mil millones que tuvo este año con el IFE Universal.
En esa línea, el gobierno informó además que, el IFE Universal no se va a extender toda vez que requiere muchos más recursos fiscales y es mucho más difícil poder sostener en el mediano plazo.