Tras una larga espera, esta semana el Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) confirmó la llegada del fenómeno de La Niña.
“Las condiciones de La Niña están presentes y se espera que persistan hasta febrero-abril 2025 con 59% de probabilidades″, fue lo que indicó esta semana la entidad de monitoreo a través de su sitio web.
Contraria a El Niño, la situación explicada en simple quiere decir que las temperaturas de la superficie del océano en el Pacífico ecuatorial central y oriental están más frías de lo normal, lo que puede tener efectos significativos en los patrones climáticos a escala global, Chile incluido.
Según la misma entidad estadounidense, tras la situación es probable una transición hacia ENSO-neutral entre marzo y mayo del presente año, con 60% de chances. Algo que se puede entender como una estabilización de las temperaturas, es decir ni condiciones de El Niño ni de La Niña.
Fenómeno La Niña: ¿Cómo podría afectar al clima en Chile?
Al igual que su contraparte, el Fenómeno de La Niña podría tener efectos en territorio nacional, incluso afectado patrones de lluvia, presión atmosférica y el movimiento del aire a gran escala. Un ejemplo: hay posibilidad de menor probabilidad o porcentaje de lluvia acumulado.
Otros de los efectos a los que comúnmente se asocia la situación con temperaturas más frías de lo habitual, incluso con heladas, o posibles sequías que podrían afectar negativamente al rubro de la agricultura.
“Es menos probable que las condiciones de La Niña débil resulten en impactos convencionales en invierno/primavera, aunque las señales de predictibilidad pueden influenciar las guías de pronóstico”, explicaron desde NOAA.
Un dato extra a considerar es que se trataría de un evento de baja duración e intensidad.











